“El textil sanitario debería ser industria estratégica para no recurrir a China”

Autoridades, expertos académicos y portavoces empresariales debaten sobre el presente y el futuro del clúster textil-sanitario de Ontinyent – Todos coinciden en la necesidad de afianzar la iniciativa a través de contratos con las administraciones

Ontinyent ha acogido esta semana el foro titulado «El clúster textil como motor de las comarcas centrales», una iniciativa coordinada por Levante-EMV donde autoridades, expertos académicos y portavoces empresariales analizaron desde diferentes perspectivas el fenómeno industrial localizado en la comarca de la Vall d’Albaida que nació en abril del año pasado y ya está asentado.

Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent, fue el encargado de abrir la cita, destacando las posibilidades de la colaboración público-privada: «Cuando nos golpeó la pandemia lo primero que hicimos como ayuntamiento fue pensar en desarrollar medidas para ayudar a nuestros ciudadanos. Sin embargo, sabíamos que también debíamos tomar decisiones para paliar la crisis económica que iba a venir. Entramos en conversaciones con Ateval y nació el clúster textil-sanitario de forma experimental. El mundo de la empresa vio que tenía que tomar la delantera y nosotros dimos todas las facilidades posibles. De la crisis nació una oportunidad. Creemos que ahora pueden generarse nuevas vías de negocio para las firmas».

«No es un cambio de sector, el textil de Ontinyent siempre ha estado ahí, sino la apertura de nuevas perspectivas», declaró el primer edil.

José Serna, secretario general de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), fue el siguiente en tomar la palabra. Comentó que «cuando viene una pandemia como la del Covid, la primera reacción que tienes es de tipo humanitario. Llegó la alerta y en dos días vimos que todo había cambiado, notamos en el ambiente una necesidad imperiosa de material sanitario. Había más demanda que oferta y se desarrolló un proceso de colaboración muy intenso entre las empresas de la comarca, que pasaron de ser competencia a complementarse». «Debo reconocer que no estamos acostumbrados a recibir llamadas desde el sector público como la que realizaron desde el ayuntamiento de Ontinyent y eso es muy de agradecer. Fue una grata sorpresa. Ahora, hay que sumar esfuerzos para que aquel cambio que podía ser temporal se consolide», especificó.

Cándid Penalba, CEO de Cotopur, ha vivido el proyecto del clúster en primera persona. Detalló su experiencia como miembro activo de la iniciativa: «No fue un milagro, ya éramos un clúster. Lo que pasa es que nos pusimos a hacer mascarillas de un día para otro porque se necesitaban. Y no fue tan fácil, había que aunar cinco capas y hacer el dobladillo de una forma muy concreta. Los hospitales nos llamaban pidiendo material. Era una emergencia. Ver que en los centros sanitarios los trabajadores se estaban protegiendo con bolsas de basura te llegaba al corazón».

«Han sido momentos muy intensos, pero creo que podemos estar orgullosos de por vida por lo que hemos hecho. ¿Va a consolidarse el proyecto? La verdad es que no lo sé, espero que las administraciones sí reconozcan los esfuerzos y ayuden a mantener el sector», declaró.

Julio Monreal, periodista de Levante-EMV y director de Relaciones Institucionales de Prensa Ibérica, moderó el encuentro. Recordó que 60 empresas forman parte del clúster sanitario-textil de Ontinyent. Arturo Hernández, CEO de Vayoil Tèxtil, representó a una de estas firmas en el foro. No dudó a la hora de mostrar su visión como miembro del conjunto empresarial representativo de la Vall d’Albaida: «El textil para hospitales era el 5 % de nuestro negocio y en pocos días todo cambió. Recuerdo que estábamos en una feria del sector de la hostelería y hablé con un proveedor radicado en China con el que tengo buena relación. Me mandó una caja con 2000 mascarillas y cuando le volví a llamar para ver las posibilidades de traer un contenedor me dijo que era imposible», recordó.

«En el ambiente persistía la incógnita de si era una cosa de 15 días o si se iba a alargar, pero nosotros no dudamos y apostamos por la confección de batas hospitalarias. El principal problema fue el de las licencias, pero el técnico que nos tocó fue muy colaborador. Hablábamos sábados o domingos durante el confinamiento, sin ver la hora o el día que era. No podemos olvidar que tampoco había materias primas, parecía que estábamos en una guerra».

Ariadna Detrell, Cluster Manager de l’Associació Empreses Innovadores Tèxtils de Catalunya, trasmitió sus experiencias a los presentes: «Un clúster no se crea, ya existe, lo que hace es potenciar y dar valor a una producción de una zona concreta. El sector textil tiene un gran futuro, no solo es la producción de ropa, ya que se puede hablar de tejidos especializados para deporte o la automoción, por ejemplo. Creo que la colaboración entre clústers también es muy importante».

«Hace mucho que trabajamos con Ateval y también lo hacemos con otros 7 clústers a nivel europeo. Compartir sinergías y experiencias entre todos es un punto clave», apostilló.

Rosa Mecha, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, participó en el encuentro mediante videoconferencia. Explicó que «he seguido el fenómeno del clúster textil-sanitario de Ontinyent desde el principio y creo que se puede decir que ha sido la reconversión industrial más rápida de la historia de España. En mi grupo de trabajo nos especializamos en sistemas de producción locales, en aglomeraciones de empresas que deciden especializarse en un momento dado por una causa concreta. Creo que la colaboración entre firmas que comparten un mismo escenario es muy llamativo. La innovación es otro factor clave. Aunque, creo que el verdadero éxito es que el clúster que empezó a reconvertirse en un mes se ha mantenido en el tiempo».

Los «engranajes» del proyecto

La investigadora también identificó los «engranajes» que han permitido desarrollar el proyecto: «Nos encontramos con un ayuntamiento que no duda en impulsar y una iniciativa empresarial en forma de Ateval que quería ayudar. Luego había un sustrato de saber hacer, khowhow, ilustrado en un sector textil que ha marcado la historia de Ontinyent. Creo que hablamos ya de un caso de éxito, que ha generado empleo y viene acompañado de mejoras en polígonos industriales. La segunda parte de mi estudio se centrará en saber si se mantiene, yo creo que tiene muchas posibilidades de lograrlo», comentó.

Elies Seguí, profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) y experto en el estudio de los efectos de la pandemia de la Covid sobre la industria valenciana, completó la nómina académica de la cita. Apuntó que «hablamos de un clúster que se ha rehecho durante una crisis, creo que es un fenómeno digno de estudio. Hemos realizado una encuesta entre más de 500 empresas -76 del sector textil – para intentar identificar los efectos de la pandemia y la verdad es que fue un shock para todos. La digitalización es un reto y creo que las empresas deben de sumarse a él o tienen el riesgo de salir expulsadas».

«También creemos que son las pimes las que deben recibir más ayudas. En un clúster la cooperación es clave, sin ella la supervivencia es muy difícil. Por otra parte, parece ser que no ha habido restricciones de crédito y eso es bueno. La apuesta por la innovación y la necesidad de captar perfiles digitales deben ser una palanca. Así como desarrollar métodos de economía circular que entronquen con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que en muchas empresas apuntan que no conocen a fondo».

Descenso del paro

El alcalde Jorge Rodríguez también destacó que el trabajo realizado por las firmas del clúster durante más de un año se ha visto ilustrado en las estadísticas de empleo: «Es una consecuencia muy importante, sobretodo en un momento de incertidumbre. Creo que las empresas han pasado de competir a cooperar y lo han hecho participando en concursos públicos como UTes. Creo que el futuro pasa por concretar una demanda sostenida en el tiempo de los productos sanitarios que salen al mercado bajo la marca del clúster de Ontinyent».

José Vicente Serna defendió que «el sector textil de la Vall d’Albaida ha de apostar por la innovación. Tenemos un ecosistema, un clúster, un conjunto de factores que nos hacen muy fuertes. Pero, necesitamos resortes, creo que el resto de administraciones podrían emular la apuesta que hizo el ayuntamiento de Ontinyent. La industria textil valenciana tiene un gran peso en España y ahora necesitamos el apoyo público. No sé cual será el final, pero sí sé que tenemos el inicio de algo que puede crecer mucho».

Samuel Gramage, director general de Textils Mora, también mostró su visión sobre el futuro del clúster: «Todo dependerá del apoyo de las administraciones, de que se traduzca en la firma de contratos». Y es que la posibilidad de contar con reservas de material sanitario fabricados en territorio valenciano -y no exportados- fue un de las necesidades que prácticamente apoyaron todos los presentes en el foro.

Paloma Gramage, CEO de Casa Mediterránea, se movió en términos similares: «Todos nos sentimos apoyados en un momento difícil, teníamos la duda de si comprar maquinaria o no y lo hicimos. Y si las tenemos que guardar, las guardaremos. Pero sería un error no pensar en el futuro. ¿Qué haremos si ocurre algo similar? ¿La sociedad se puede permitir olvidar lo que ha ocurrido?… hicimos una apuesta porque la gente lo necesitaba y ahora pedimos que no se deje caer en saco roto. Creo que hay que sacar recursos para mantener esto. Es una producción que mañana nos puede hacer falta».

«Yo tengo la esperanza de que sí se podrá mantener la producción del clúster si cuenta con apoyo de todas las administraciones. Soy un hijo de personas dedicadas al textil y valoro mucho el sector. Creo que los gobiernos tenemos capacidad de aprendizaje. Hemos vivido una situación en la que los sanitarios que atendían a los enfermos en medio de una pandemia no contaban con todos los elementos de protección necesarios. Ahora es el momento de innovar y trabajar juntos. No se puede valorar solo el precio en los contratos públicos, por ejemplo», apostilló Jorge Rodríguez.

La necesidad de atraer a los jóvenes a un sector con muchas posibilidades

Conseguir que los jóvenes se sientan atraídos por las posibilidades laborales que ofrece el sector textil en la Comunitat Valenciana. Es una de las metas que se marcaron todos los participantes en el foro que tuvo lugar en Ontinyent.

Los presentes recordaron que las empresas del sector se han visto en ocasiones en serias dificultades para encontrar personal cualificado durante la crisis sanitaria, pero aún ven más difícil encontrar un relevo para los actuales trabajadores: «Las máquinas se renuevan con inversión, pero los especialistas de edad avanzada que actualmente operan en las empresas locales difícilmente serán sustituidos cuando se jubilen sino hay mano de obra formada en la zona».

Así, recordaron casos prácticos como la coordinación de un curso de confección de batas: «Nos llamaron a la empresa y nos dijeron si podíamos colaborar. Les dijimos que sí y preguntamos si podríamos contratar a los alumnos una vez ya estuvieran formados. Y así pudimos hacerlo con muchos de ellos», comentó Arturo Hernández, CEO de Vayoil Textil, durante la cita.

Ingeniería textil

A su vez, los ponentes también recordaron que la Politécnica de Alcoi ya no cuenta con el grado de ingeniería textil por la falta de interés generada entre el alumnado: «Debemos enseñar que trabajar en el sector textil es hacerlo en un campo con mucho futuro. No es hacer jornadas de 12 horas confeccionando piezas, es investigar las aplicaciones de tejidos nuevos para prácticas deportivas o para industrias, por ejemplo», comentaron varios de los ponentes. De hecho, la investigadora Rosa Mecha recomendó a las empresas del sector textil valenciano acudir a las OTRIs (Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación) que tienen las universidades valencianas, para «compartir experiencias y vehicular necesidades y demandas».

«Yo he compatibilizado mi labor como docente e investigadora durante quince años como técnico de OTRI en la Complutense y por eso conozco muy bien estas oficinas. Se encargan de la relación de la Universidad con el mundo empresarial y con la sociedad en general. En estas oficinas hay técnicos de patentes, se realizan los contratos entre grupos de investigación y empresas o instituciones, se gestionan las licitaciones de investigación, la divulgación de los resultados de investigación en los medios de comunicación y se apoya a las empresas universitarias». Acercar universidad y empresas:un reto de presente.

El Museu del Tèxtil: un espacio de presente y futuro

El Museu del Tèxtil de Ontinyent se convirtió en el marco ideal del foro económico del clúster textil-sanitario. Se trata de un espacio que ya alberga diversas piezas representativas de la historia del sector en la comarca de la Vall d’Albaida, impulsado gracias a la financiación de las administraciones públicas. Cuenta con un espacio expositivo de 600 metros cuadrados y una parcela exterior de los 1.300 m2. En un futuro también acogerá un centro de formación.

 

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